domingo, 19 de febrero de 2012
sábado, 18 de febrero de 2012
Soy seis
Mira, yo soy 6.
He sido 6 por un poco más de un año.
Ser 6 es divertido, pero a veces es una ladilla.
Digo que soy seis porque mi nombre artístico como músico es 6reenlight, y mi imagen es ese número.

Nada que ver con el diablo, muchacho supersticioso.
A la vez que me desenvolvía como músico, desarrollé también, una identidad como comediante.
Nada serio, pensé.
Pero recientemente, tuve la oportunidad de presentar mi pequeña rutina frente a un público y quedé flechado con el arte de hacer comedia. Es rico, es hermoso, es natural, es apasionante, es satisfactorio.

Es como un orgasmo frente a 50 personas.
Cuando la gente se entera que eres comediante, sus ojos ya no te ven de la misma forma. Tienes que ceder a tu condición de ser humano común y corriente, para ser un ente lleno de vida, que sólo tiene el propósito de hacer reír a quienes le rodean. Es decir, un...

Exactamente.
La gente no está muy acostumbrada a lidiar con los comediantes, nunca nos ven como escritores que buscan decir algo, no, somos un servicio. Si ellos no se están riendo cuando los saludaste, es tu culpa, comediante mediocre.

"Y chavista. Seguro también eres chavista."
Aparentemente, no tenemos la capacidad de analizar, de ver y asumir las cosas con seriedad. No, para ellos somos niñitos con cédula de mayor de edad. Cuando, a veces, entendemos las cosas mejor que ellos mismos y podemos redactar un texto coherente sobre ello.
Para culminar, si llegas a conocer a algún comediante, por favor, abstente de decir:

"Cuéntame un chiste ahí"
Te vamos a ignorar, y seguramente, no tendrás ningún chiste a cambio. El Conde del Guácharo, muy bien, lo dijo una vez: "¿Y si yo fuese boxeador, y me vieras en la calle, me pedirías que te dé un coñazo?"
Ahora imagina, en ese ejemplo, que en vez de un boxeador, fuese un verdugo.
Redactado en serio,
Alejandro R. Suárez
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