Entenderse a uno mismo siempre ayuda a entender mejor a los demás, porque en realidad, no somos tan diferentes como creemos. Es decir, nuestro comportamiento puede fácilmente reflejar el de la sociedad, el del ser humano. Por eso es posible ponerse en los zapatos de otro. Porque básicamente, todos somos la misma persona.
Tampoco se necesita ir muy lejos para notar que, en efecto, todos hacemos las mismas cosas y quemamos las mismas etapas. Tarde o temprano, todos llegamos a estar en una situación donde reaccionamos de la misma manera que otro lo haría, porque así nos programaron al nacer. Lamentablemente, nunca nos programaron para escupir fuego, porque así quemaríamos etapas con estilo.
 |
No solucionaría nada, pero se vería tan genial... |
Estas etapas son muchas y toman forma de acuerdo a nuestros intereses de momento.
Por ejemplo: De niños, nos interesamos por tener caramelos, chocolate o cualquier otro tipo de manjar azucarado. Realmente no nos importa lo que sea, mientras tenga aspartame, fenilanina y algún químico delicioso en cantidades que podrían matar a un animal pequeño.
 |
Representado arriba: Orgasmo infantil. |
Después en la adolescencia, llegamos a una etapa donde nos empieza a interesar el dinero, no solo para seguir comprando dulces sino para poder comprar todo lo que se nos antoje, como por ejemplo, un celular nuevo con internet 4G, 2 terabytes de almacenamiento que pretendemos llenar con los pocos gigas de música que tenemos en la computadora, y una que otra característica absurda sin utilidad mayor que "este alumbra en verde, que bonito."
 |
"Justo lo que necesito." |
Esta faceta de nosotros también viene acompañada de nuestro inicio al mundo de la sexualidad. Entonces algunos descubrimientos como la masturbación, dan origen a más necesidades e intereses nuevos en nuestra vida. Por supuesto, siendo esta una necesidad mucho más personal que comer dulces o tener dinero, es más intensa y está mucho más adherida a nosotros. Por eso es normal ver a alguien comiendo dulces en la calle, pero nunca haciéndose la paja.
 |
Bueno, para ser justos: Dije en la calle, no en el aire. |
Bueno, está bien, hay gente que se masturba en público, pero esa gente lo hace porque tiene un problema mental, ¿no?
No necesariamente. Pues, si investigamos un poco, notamos que la gran mayoría de quienes han hecho esto, son hombres. Y los hombres no tienen una conexión fuerte de la sexualidad con la razón como si la tiene la mujer, osea, el hombre tiende a ser menos racional cuando está excitado, a diferencia de la mujer que filtra las necesidades sexuales a través de un proceso de razonamiento.
 |
Representado arriba: Anatomía del cerebro alterno masculino. |
Si aún no logro explicarme bien, pues, voy a proceder con un ejemplo bastante incómodo para que dejes de preguntar:
Si un hombre está en el velorio de un familiar, que es el lugar más exageradamente triste que se me ocurre, y ve un escote o un par de piernas que le excitan, es muy probable que tenga una erección y empiece a maldecir el hecho que no puede hacer nada para impedirlo. Mientras que la mujer tiene un software en el cerebro que autoriza o no a su entrepierna a que se alegre un poquito.
 |
"No, ahorita no. Espera a que lleguemos a la casa." |
Existe otra faceta que va despertando en este momento de la vida: El amor.
O mejor planteado, querer enamorarse. Porque el amor no invade, sino que habita cuando uno le da la bienvenida. Por eso es tan molesto escuchar a alguien quejándose de que el amor es cruel y doloroso, porque esa persona realmente cree que el amor es inevitable. Pues no, el amor es una decisión personal, no una extraña especie de magia. Eso quiere decir que quizás tu mamá te ame ahorita, pero puede odiarte mañana si así lo desea.
 |
A veces con toda razón, niñita malcriada. |
Otra cosa que la gente debería entender es que tener una pareja no es un punto de trama escrito por el destino, sino que más bien es un acuerdo que haces contigo mismo en el que te planteas ¿Es esto lo que quiero? y te respondes. Con eso último también podríamos concluir que enamorarse es más un antojo que una necesidad, a pesar de que tu primitivo cerebro humano te diga lo contrario.
 |
"Hola" |
Pero quizás el amor no te interesaba tanto, quizás tu necesidad era que se enamoraran de ti.
Querer llamar la atención es algo con tantos culpables que probablemente estemos tu y yo metidos en el mismo saco. El complejo alberga diferentes tipos que varían de acuerdo al tipo de falta que tenga el individuo en cuestión. Poniendo como ejemplo un cliché, la persona que necesita oír cumplidos para sentirse bien, estará constantemente haciendo presente comentarios auto-destructivos que obliguen a algunos otros a contradecir a través de la lista de comentarios de la foto que se tomó en ropa interior frente al espejo.
 |
"¿De qué hablas? No estás gorda ¡eres hermosa!" |
Hombres también:
 |
Como si no fuera evidente con la falta de ropa y propósito, ni se molesta en meter la cara en el cuadro. |
Esa búsqueda de atención es sumamente normal, y en parte, se las apoyo, porque el ser humano debe superarse y destacar entre los demás. El problema es que los demás son iguales a nosotros.
Entonces comienza la batalla de la autenticidad. La odisea de mostrarle al mundo lo únicos que somos, normalmente con una actitud de superioridad en la que creemos tanto, que estamos convencidos que somos el modelo a seguir. El ser humano ejemplar, un individuo alpha que supera al resto del mundo en cultura y personalidad. Algunos de ellos se adaptan para ser la antítesis de lo que consideran malo, que equivalente a la actualidad sería lentes normales, Justin Bieber y Comic Sans.
 |
"Que asco ¿cómo pudiste escribir todas esas groserías juntas?" |
No te voy a mentir, los lentes de pasta, las publicaciones intensas en Helvética y tus constantes referencias a Los Beatles, Rolling Stones y Queen, junto con la queja de que ya nada es como antes y que el mundo está condenado porque no funciona bajo tu mandato, hacen de ti, un ser humano único.
Igual que al resto de los hipsters.
________________________________________________________________________
A ver: ¿Cómo vamos?
- Comer dulces
- Tener dinero
- Satisfacer necesidades sexuales
- Enamorarse
- Sentirse aprobado
Todas suenan como necesidades lógicas, y son solo algunas porque la lista sigue creciendo a medida que vas envejeciendo.
 |
Ya a cierta edad, se van añadiendo verdaderos retos como "seguir vivo". |
Pero la necesidad, obligación y derecho del ser humano en el mundo es trabajar. Ya sea para cumplir un sueño, para ayudar al mundo a ser más mundo, o para lograr cumplir con cualquier otro propósito que tengamos. La necesidad del hombre en el mundo es ganar dinero con el trabajo del que está enamorado, junto a una pareja que lo haga sentir aprobado y satisfecho sexualmente mientras come dulces.
Brindo porque todos seamos así. Salud.
Alejandro R. Suárez
@Alejandro6R